כֶּתֶר

existirá una máquina purísima

copia perfecta de sí misma

y tendrá mil ojos verdes

y mil labios escarlata

no servirá para nada

pero tendrá tu nombre

oh eternidad

- Jorge Eduardo Eielson

חָכְמָה

Todo es mío, nada en propiedad,

no es propiedad de la memoria,

y mío solo mientras miro.

Apenas mencionadas, ya inseguras,

las diosas de sus palabras.

De la ciudad Samokow solo la lluvia

y nada más que lluvia.

París desde el Louvre hasta la uña

se cubre de cataras.

Del bulevar Saint-Martin quedan las escaleras

que conducen a la aniquilación.

Nada más que puente y medio

en la Leningrado de los puentes.

Pobre Uppsala

con un trocito de su grandiosa catedral.

El infeliz bailarín de Sofía,

cuerpo sin rostro.

Por separado su rostro sin ojos,

por separado sus ojos sin pupilas,

aparte las pupilas de gato.

El águila caucasiano planea

sobre la reconstrucción del cañón,

el oro traicionero del sol

y las falsas piedras.

Todo es mío, nada en propiedad,

en propiedad de la memoria,

y mío mientras estoy mirando.

Incalculable, inabarcable,

individual hasta el último hilo,

grano de arena, gota del agua

—el paisaje.

No guardaré ni una pizca en su plena visibilidad.

La bienvenida y la despedida

en una sola mirada.

Para el exceso y la falta

un movimiento del cuello.

- Wislawa Szymborska

Traducción de Elzbieta Bortklewicz

בִּינָה

Tu irradiación es otra porque sabes

de muerte; en tu blancura caben

todas las formas pálidas

de la luz, todas las

sombras; en tu distancia suena

la urraca que amanece y el azul

que vendrá; tenue el ladrillo

tiene, que te va recortando, más

de seiscientos años,

que te va

recordando si recordar pudiera

materia que envejece y

permanece.

Sois el ladrillo

y tú quietos para nosotros

presencias desplazadas que

pasamos; porque de muerte

sabes desvanecida en cielo

con el día, uña casi

invisible o parece que sabes.

- Olvido García Valdés

חֶסֶד

Mejor no diga nada.

Sería inútil. Ya ha pasado.

Fue una chispa, un instante. Aconteció.

Yo acontecí en ese instante.

Puede que usted también lo hiciera.

Suele ocurrir con los poemas:

terminan condensándose las formas

en nuestros ojos como el vaho

sobre un cristal helado;

las formas, con su herida.

Pues quien construye el texto

elige el tono, el escenario,

dispone perspectivas, inventa personajes,

propone sus encuentros, les dicta los impulsos,

pero la herida no, la herida nos precede,

no inventamos la herida, venimos

a ella y la reconocemos

- Chantal Maillard

תִּפְאֶרֶת

Para la deificación no había

rostro: el agua

sólo

sostenida.

Y la sierpe

confundida con la línea

de honda: geometría

falaz

y de ningún fundador.

El cobre rutilante

y encallado

toma

ahora aspecto de corzo herido.

El nombre y la palabra

caben apenas

bajo el fulgor:

un hombre

posee

la tierra y la semilla.

- Guillermo Aspesa

גְּבוּרָה

Cada vez que regreso

a mi país

después de un viaje largo

lo primero que hago

es preguntar por los que se murieron:

todo hombre es un héroe

por el sencillo hecho de morir

y los héroes son nuestros maestros.

Y en segundo lugar,

por los heridos.

Solo después,

no antes de cumplir

este pequeño rito funerario

me considero con derecho a la vida;

cierro los ojos para ver mejor

y canto con rencor

una canción de comienzos de siglo.

- Nicanor Parra

נֵצַח

Hace un buen tiempo

un cielo intensamente azul se cae a pedazos.

Adiós campos de Chachapoyas.

Tengo todo lo que quiero y tengo más.

Tengo un resfriado de hace diez días

y un padre con cáncer.

Tengo un camino que sigo y otro que hago

y ambos me sobran.

Un arbol sin hojas

contra cielo blanco

es a

un árbol con hojas

contra cielo azul

como

siempre.

- Mario Montalbetti

הוֹד

Si no creamos un objeto metálico

de dura luz,

de puras aceradas,

de crueles aristas,

donde el que va a vendernos, a entregarnos, de pronto

reconozca o presencie metódica su muerte,

cuándo podremos poseer la tierra.

Si no depositamos a mitad del vacío

un objeto incruento

capaz de percutir en la noche terrible

como un pecho sin término,

si en el centro no está invulnerable el odio,

tentacular, enorme, no visible,

cuándo podremos poseer la tierra.

Y si no está el amor petrificado

y el residuo del fuego no pudiera

hacerlo arder, correr desde sí mismo, como semen o lava,

para arrasar el mundo, para entrar como un río

de vengativa luz por las puertas vedadas,

cuándo podremos poseer la tierra.

Si no creamos un objeto duro,

resistente a la vista, odioso al tacto,

incómodo al oficio del injusto,

interpuesto entre el llanto y la palabra,

entre el brazo del ángel y el cuerpo de la víctima,

entre el hombre y su rostro,

entre el nombre del dios y su vacío,

entre el filo y la espada,

entre la muerte y su naciente sombra,

cuándo podremos poseer la tierra,

cuándo podremos poseer la tierra,

cuándo podremos poseer la tierra.

- José Ángel Valente

יְסוֹד

Marguerite Duras

me eligió

me tiró por la escalera del tiempo

acabó con mi vida solitaria

ya no puede bastarme mirar

la apariencia de cada día

quiero que me den fuerte en la cabeza

realmente el caos se ha hecho conmigo

estoy rodeada de imaginaciones

hay sombras extrañas por todas partes

proliferan las trampas

ya no soy la dueña de esta habitación

he sido esencialmente saqueada

Duras en su locura alcohólica

tiene poderes mágicos

si hay algo por destruir

por favor no dejen rastro

debería tener una mano

para dar a conocer

lo que hasta ahora aún no se ha mostrado

simple y firme

- Liu Xia

Traducción de Miguel Casado

מַלְכוּת

Ya no será

ya no

no viviremos juntos

no criaré a tu hijo

no coseré tu ropa

no te tendré de noche

no te besaré al irme

nunca sabrás quién fui

por qué me amaron otros.

No llegaré a saber

por qué ni cómo nunca

ni si era de verdad

lo que dijiste que era

ni quién fuiste

ni qué fui para ti

ni cómo hubiera sido

vivir juntos

querernos

esperarnos

estar.

Ya no soy más que yo

para siempre y tú

ya

no serás para mí

más que tú. Ya no estás

en un día futuro

no sabré dónde vives

con quién

ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca

como esa noche

nunca.

No volveré a tocarte.

No te veré morir.

- Idea Vilariño